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Vacaciones seguras: que la alberca del hotel no termine en susto

  • 20 jul
  • 2 Min. de lectura


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La postal perfecta del verano siempre incluye un azul turquesa invitándonos a saltar… pero el agua también exige respeto. La OMS advierte que, cada año, unas 236 000 personas mueren ahogadas en todo el mundo; entre ellas, miles de niñas y niños de 5 a 14 años. En Estados Unidos la tendencia reciente tampoco deja espacio para la complacencia: más de 4 500 muertes al año entre 2020 y 2022, quinientas más que antes de la pandemia, confirman que el riesgo aumenta cuando las familias se relajan junto a la piscina.


La buena noticia es que la prevención funciona. Un estudio publicado en The Journal of Pediatrics demostró que tomar clases formales de natación reduce hasta 88 % el riesgo de ahogamiento en peques de 1 a 4 años. La explicación es sencilla: aprender a flotar boca arriba, controlar la respiración bajo el agua y orientarse hacia el borde convierte los segundos críticos en una escapatoria segura. Y esas habilidades —igual que andar en bici— no se olvidan nunca.


Practicar antes del viaje marca la diferencia. Comenzar con el clásico “star fish” (abrir brazos y piernas como estrella y relajarse) enseña al cuerpo a confiar en la flotabilidad. Soplar burbujas al sumergir la cara regula la respiración y aleja el pánico. Integrar después brazadas y patadas suaves, con un entrenador corrigiendo la técnica, prepara a cada nadador para superficies nuevas, profundidades cambiantes y distracciones propias de un hotel concurrido.


La seguridad no acaba al salir del agua. Designar a un adulto vigilante sin celular, turnarse ese papel cada quince minutos y pactar reglas claras —entrar solo con permiso, cero carreras en el borde, saltar solo donde la profundidad lo permita— aleja la estadística mortal. Saber practicar RCP básica completa el salvavidas: cuando los segundos cuentan, un par de compresiones puede salvar una vida mientras llega la ayuda profesional.


En Acuática Santa María queremos que esas vacaciones solo dejen selfies felices. Por eso abrimos grupos intensivos de verano pensados para familias que pronto empacarán traje de baño. Con entrenadores certificados, protocolos sanitarios de nivel olímpico y entusiasmo a chorros garantizan que salgan listos para cualquier piscina… o para la próxima excursión en mar abierto.

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